Madrid. Los más de 7.400 alumnos con ceguera o discapacidad visual grave de todo el Estado afrontan en estos días la vuelta a la actividad escolar y académica con el apoyo de la ONCE, que indica que más del 98% de los estudiantes lo harán integrados en centros de enseñanza ordinarios.
Según informó este lunes la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), la inclusión de los niños con discapacidad visual en un ámbito educativo normalizado responde a la tendencia generalizada de crear un único sistema donde se integren todos, "prevaleciendo siempre el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, y respetando las necesidades específicas de cada uno de ellos".
Para lograr este objetivo, la ONCE cuenta con un total de 33 equipos específicos de apoyo educativo, que "trabajan intensamente" para planificar el conjunto de intervenciones que van a llevar a cabo durante todo el curso escolar para facilitar a estos alumnos y sus profesores su aprendizaje.
Estos equipos dependen estructuralmente de alguno de los cinco Centros de Recursos Educativos de la Organización, ubicados en Sevilla, Barcelona, Madrid, Pontevedra, y Alicante y trabajan en consonancia con las Administraciones públicas responsables de la Educación en sus ámbitos de actuación.
En concreto, son un total de 7.403 los alumnos con discapacidad visual grave que reciben esta atención educativa. De ellos, 7.295 están escolarizados en educación integrada en centros ordinarios (98,5%) y 108 (1,5%) en los Centros Escolares de la organización, que dan cobertura a todo el territorio del Estado.
Por nivel de estudios, 1.581 escolares corresponden a Educación Infantil, 1.394 son de Educación Primaria, 889 están ya en la ESO, 244, en Bachillerato, 229, en Formación Profesional, 692, en la Universidad y 2.374, en otro tipo de enseñanzas.
Para cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE "trabajan intensamente", especialmente en la etapa estival, con los nuevos libros, para que, en la vuelta al cole, los niños y jóvenes con ceguera o discapacidad visual grave puedan llevar sus mochilas cargadas, como sus compañeros, el primer día de clase.
Además, cada alumno con discapacidad visual dispone de un Plan Individualizado de Atención, según sus necesidades, que cuenta con un maestro itinerante encargado, entre otras funciones, de asesorar al centro y al profesorado de aula, orientar a las familias y realizar un trabajo directo con el alumno (estimulación visual, autonomía personal, orientación y movilidad, etc.).
Finalmente, la ONCE subraya la importancia de que las nuevas tecnologías utilizadas en el aula no supongan un freno al desarrollo de la educación de los niños con discapacidad visual, sino todo lo contrario, una ayuda para su formación normalizada.
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